Que los sueños forman parte de la naturaleza humana nos da idea el hecho de que sin ellos no existiríamos. Sin los sueños no existiría Sherezade, que nos hizo soñar a todos, ni José, aquel José bíblico, hijo de Jacob, que salvó su vida y después la de sus hermanos interpretando sueños faraónicos. Hasta los profetas bíblicos soñaban y en sus sueños interpretaban la voluntad de Dios.
Luego vino Calderón y nos dijo que “La vida es sueño”, el mismo Shakespeare tuvo “El sueño de una noche de verano”, y Freud se adentró en la psique humana a través de los sueños... Vivimos, pues, de sueños, pero ya lo dijo Jesucristo, “no sólo de pan vive el hombre”; de sueños, tampoco. Al fin y al cabo “los sueños, sueños son”. Aún así todos soñamos con hacer realidad nuestros sueños. Sueño y realidad, pues, se mezclan, para hacer de la realidad sueño y de los sueños realidad.
La particularidad de los sueños en Navidad es que soñamos todos a la vez. Los niños, con su mejor regalo de Reyes. Los jóvenes, con un milagro. Los mayores, con ser jóvenes y, todos, con ser millonarios. Al fin y al cabo soñar no cuesta dinero. ¿O sí?
Luego vino Calderón y nos dijo que “La vida es sueño”, el mismo Shakespeare tuvo “El sueño de una noche de verano”, y Freud se adentró en la psique humana a través de los sueños... Vivimos, pues, de sueños, pero ya lo dijo Jesucristo, “no sólo de pan vive el hombre”; de sueños, tampoco. Al fin y al cabo “los sueños, sueños son”. Aún así todos soñamos con hacer realidad nuestros sueños. Sueño y realidad, pues, se mezclan, para hacer de la realidad sueño y de los sueños realidad.
La particularidad de los sueños en Navidad es que soñamos todos a la vez. Los niños, con su mejor regalo de Reyes. Los jóvenes, con un milagro. Los mayores, con ser jóvenes y, todos, con ser millonarios. Al fin y al cabo soñar no cuesta dinero. ¿O sí?
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